el negocio de la revolución social

"... bajo el ropaje de la globalización, el capitalismo extiende sus tentáculos de expropiación a todos los rincones de la tierra. Si alguien encontrara un modo de superar el capitalismo, seguramente alguna corporación compraría los derechos de autor y distribución."

Simon Critchley, La demanda infinita, p. 133.

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Luchar contra la pobreza y contra las injusticias es otra oportunidad de negocio que está esperando a los nuevos emprendedores. Aunque lo parezca no es tan descabellado. Dado que el obetivo del capitalismo es crear riqueza, no es raro que a algún emprendedor se le haya ocurrido que lo que hay que hacer es luchar contra la pobreza. Así han nacido proyectos empresariales como Vistare o UnLtd Spain. En ambos casos se trata de iniciativas empresariales que tienen el objetivo de ganar dinero ayudando a las víctimas del sistema basado en la necesidad imperiosa de ganar dinero. Es el pez que se muerde la cola. El capitalismo es un sistema que se apropia de todo, hasta de sus deshechos, para sus propios fines de crecimiento ilimitado. Si hace falta, el capitalismo se hace antisistema.

El capitalismo se reapropia de cualquier cosa que parezca cuestionarlo. Si la ecología nació como un movimiento que denunciaba los males profundos que la codicia capitalista estaba causando en el planeta, pronto se convirtió en una estrategia de las grandes empresas para vender más y más caro. De pronto, las empresas más contaminantes se volvieron ecológicas sin dejar de contaminar, y cambiaron sus logotipos para introducir en ellos el color verde. La pobreza hace tiempo que es un buen negocio. Si no, que se lo pregunten a empresas como Iberdrola o Telefónica que desembarcaron hace ya bastantes años en las regiones más deprimidas de Sudamérica para establecer sus nuevas líneas de negocio.

En los últimos tiempos, además, hacer negocios con los pobres se ha vuelto una actividad casi revolucionaria. Ahora no se trata de venderles electricidad. Ahora de lo que se trata es de vender entre las clases medias europeas y americanas ideas de solidaridad y de «cambio social» (algún día pueden sorprendernos incluso hablandonos de «revolución») utilizando la pobreza. La venta de bellas ideas para la «transformación de la realidad» es hoy una buena fuente de ingresos para emprendedores sin escrúpulos.