Urdiendo el tejido comunitario desde las mujeres…
Julieta Paredes, aymara, se identifica como «feminista comunitaria», porque su acción, como la de muchas otras mujeres y hombres, se dirige a la recreación de comunidades desde la lucha contra el patriarcado que somete a las mujeres también en los ámbitos comunitarios. Porque para el feminismo comunitario el patriarcado es el responsable de todas las opresiones, de todas la humillaciones, de todas las violencias y de todos los sistemas de dominación que vive la humanidad y la naturaleza. El patriarcado no es solamente un sistema de opresión de los hombres sobre las mujeres, sino que es un sistema de opresión de los hombres sobre la vida y por tanto sobre las mujeres que la representan. La opresión sobre las mujeres es la base sobre la que se asienta la dominación patriarcal sobre la vida.
En la propuesta del feminismo comunitario su primer objetivo es recuperar la corporeidad de las mujeres para sexualizar la comunidad. La comunidad es una nueva categoría antipatriarcal desde la que construir nuevas relaciones sociales, superadora de la familia, de la comuna, de la célula partidaria, de la organización social.
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