Marx, en El Capital, hablaba de «la morada oculta de la producción» para referirse al ámbito dentro del cual se consumía la fuerza de trabajo como una mercancía más pero cuyo intercambio se producía fuera de la denominada esfera de la circulación.
Nancy Fraser, con el fin de llegar a una interpretación más adecuada al capitalismo del siglo XXI, busca más allá de la morada oculta a la que se referia Marx para descubrir otras moradas aún más ocultas a las que considera como las condiciones de posibilidad de fondo necesarias para que el sistema capitalista sea posible y a las que Marx no hacía referencia explícita. Para Nancy Fraser estas condiciones de fondo son tres. La primera es lo que se ha llamado, en oposición a lo que es la producción, la reproducción social. El capitalismo necesita de la existencia de esta llamada reproducción social para poder renovar su fuerza de trabajo continuamente. Esta reproducción social se lleva a cabo en el ámbito doméstico y es asignada dentro del capitalismo a las mujeres que desarrollan esta función sin retribución alguna y sometidas a la dominación y a la violencia, en muchos casos, de sus maridos. La segunda condición de posibilidad de fondo es lo que lo que podemos llamar la Naturaleza no humana, cuya explotación por parte del capitalismo es imprescndible para su existencia, que la utiliza como fuente de insumos para la producción y como basurero para los residuos de la misma, y es la causante de los desastres ecológicos. Y la tercera son las organizaciones políticas y estatales de las cuales el capitalismo depende, ya que éste es inconcebible sin un marco legal que sostenga la empresa privada y los intercambios de mercado.
El artículo, «Tras la morada oculta de Marx. Por una concepción ampliada del capitalismo», en el que Nancy Fraser plantea este análisis, fue publicado en la revista New Left Review (nº 86, mayo-junio 2014, pp. 57-76), cuya versión castellana es editada en España por Traficantes de Sueños.