keurgumak – casa grande

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Keurgumak, casa grande en wolof, es la casa de toda la familia, de la familia extensa. En Valencia, keurgumak es un espacio vivido y atravesado por personas de diferentes orígenes y situado en el contexto valenciano, en esta España de Europa occidental. En este espacio de la política-íntima tiene lugar todos los días el encuentro entre la diáspora italiana, la diáspora africana (en particular la de Senegal), la diáspora de los países del Este de Europa, la diáspora latinoamericana y caribeña, y arraigadas y arraigados españoles. Es un ejemplo de vivir de manera “diferentemente comunitaria». Diferente respecto a la actual disposición «comunitaria» regulada por la Unión Europea en términos institucionales, y diferente respecto a la organización comunitaria familiar desarrollada, a partir de la segunda guerra mundial en el contexto industrializado occidental, en la familia nuclear. Uno de nuestros mayores retos es transformar las dinámicas de poder que normalmente relacionan las minorías étnicas racializadas a las mayorías nacionales en el espacio comunitario europeo contemporáneo. Las prácticas de vida cotidiana están basadas en el esfuerzo de re-equilibrar las injusticias y la historia, apostando por la honestidad, la no explotación, el apoyo mutuo y el quererse de forma sana y verdadera.

Comunidad y comunalidad

La palabra «común» es la raíz común de ambas palabras. Palabras que hacen referencia a lo que es común, a las gentes que se reúnen en torno a algo común, que viven compartiendo cosas en común, y a los lazos que esto crea entre ellas. La idea de propiedad privada que impone el sistema capitalista acabó con numerosas instituciones que tenían cientos o incluso miles de años de existencia y que fueron útiles a las generaciones que nos precedieron para organizar su vida y para reproducirse. El nuevo sistema de reproducción social basado en la propiedad privada, en la mercancía, el trabajo y el dinero, ha dado lugar a sociedades formadas por individuos desconectados entre sí, cuyas relaciones se establecen como si se tratara de un intercambio de mercancías. Son muchas las personas que buscan alternativas al sistema capitalista en el que vivimos, y uno de los elementos más importantes para su transformación es recuperar un sistema de relaciones sociales basado en lo común, y por tanto, creando comunidades, o como algunos dicen: comunalidades…

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La máquina productiva contra la vida

Berta

Berta Cáceres fue asesinada hace unos días. No es la primera víctima, Paula González, Tomás García y otros fueron asesinados antes que ella. Asesinaron a Berta, pero no pueden matar su palabra que vive y se replica. La máquina productiva, el ilimitado crecimiento, el desarrollo, el progreso destruye formas de vida, destruye culturas vivas como el pueblo Lenca, destruye la tierra, se apropia de la vida, del agua, de la tierra y expande la dominación, la explotación, la violencia y la muerte…

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La apuesta directa

La apuesta directa

 

El problema ahora
es que hay muchos vigilantes
y pocos locos.
El problema ahora
es que la jaula está
en el interior del pájaro.

David Eloy Rodríguez

Este libro es una reflexión colectiva sobre caminos de emancipación. Hoy ya no podemos hablar del capitalismo como algo externo a nosotros, supuestamente la mayoría que anteriormente nos reconocíamos como «clase trabajadora», «clase obrera» o «proletariado». Hoy, el capitalismo somos nosotros, porque el problema, ahora, «es que la jaula está en el interior del pájaro». Los distintos autores nos proponen nuevos escenarios para la vida, escenarios de lucha y de recomposición comunitaria en los que poder salir de la jaula, caminos de emancipación a través de las grietas, como propone John Holloway, que se abren en las paredes entre las que estamos encerrados. No podemos ya, porque además es inútil, esperar a que alguien solucione los problemas, a que alguien organice mejor el mundo. Ni siquiera nosotros somos capaces ya de hacer propuestas de un mundo mejor, porque ya no hay un mundo mejor. Tendremos que ir construyendo nuestros mundos nosotros mismos, desde pequeñas comunidades en las que se creen ámbitos de solidaridad, de ayuda mutua, de cuidados y de afectos que permitan la reproducción de la vida.

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la trampa escolar

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La escuela pública y universal no es un derecho sino una exigencia de la modernidad ilustrada, liberal y capitalista. El modelo de escuela autoritaria, que algunos llegamos a conocer, hace tiempo que ya no es funcional al capitalismo. El sistema capitalista, en su fase actual, ya no necesita «obreros dóciles y votantes crédulos», como explica Pedro García Olivo en una entrevista publicada por un periódico chileno. El capitalismo actual necesita “ciudadanos asertivos, emprendedores, organizativos; gentes creativas, imaginativas, asociativas, siempre —y este es el aspecto crucial— desde la aceptación franca de lo dado, desde la instalación plena en el sistema o, al menos, desde el deseo irrefrenable de acomodación. Para este nuevo perfil demandado por la máquina política y económica ya no sirve la escuela tradicional; se precisa una Escuela Renovada, y hay un interés mayúsculo, en las agencias económicas y en los poderes políticos, en promoverla».

La escuela ahora, igual que antes, es un instrumento del sistema global moderno, liberal y capitalista. El nuevo modelo de escuela que se impone hoy, libre, activa, participativa, creativa… es una trampa, porque en ningún caso se pone en duda el sistema para el que prepara ciudadanos del nuevo tipo, los que ahora necesita: ciudadanos y emprendedores que crean firmememente en la razón , en la ciencia, en el progreso y en el crecimiento ilimitado de la riqueza y de los beneficios…

Se puede acceder a la entrevista completa en su web, o descargándola desde aquí

III Congreso de análisis político crítico

Vuelve la política

Una vez más, es gracias a kutxikotxokotxikitxutik que hemos tenido oportunidad de estar informados sobre la celebración el pasado mes de noviembre en Bilbao de este III Congreso de análisis político crítico.

En este congreso, en el que se presentaron varias ponencias y comunicaciones, destaca la comunicación presentada por Andrea Bartolo (de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación), con el título: “Radicalización democrática y hegemonía VS nuevas territorialidades emancipadoras y poderes no estatales: una aproximación teórica a las diferentes estrategias dentro de los movimientos radicales”, a cuyo texto se puede acceder aquí.

Andrea Bartolo, en su comunicación, aborda la relación entre los movimientos sociales y el entramado institucional y los diferentes enfoques sobre la misma. ¿Las instituciones pueden convertirse en un medio para articular hegemonía social o representan un aparado de subsunción de los movimientos por parte del Capital? ¿La forma-Estado puede ser un pasaje táctico hacia la construcción de una nueva sociedad o constituye un dispositivo integrado en – e inseparable de – el sistema de biopoder (Foucault, 1994A y 1994B), un “aparado de captura” del Capital (Deleuze y Guattari, 1980)?

El debate sobre la relación entre movimientos e instituciones es uno de los más interesantes y actuales, porque pone sobre la mesa las diferentes posturas estratégicas presentes en seno a los movimientos anticapitalistas: a un extremo del continuum se sitúan los que apuestan por reapropiarse de los nexos institucionales (a diferentes niveles), para potenciar el poder constituyente de los movimientos, creando nuevas instituciones basadas en el “common” (Negri y Hardt, 2004 y 2011); poniéndose así como actores principales en la construcción de una nueva democracia, una democracia radical (Laclau y Mouffe, 1987; Zizek, 1992; Laclau, 1993). Al otro extremo se encuentran los movimientos que, a partir de una crítica radical al sistema representativo e institucional, apuntan a desarticular el entramado de (bio)poder desde abajo y desde el plan territorial/comunitario, mediante la construcción de territorios autónomos, autogestionados y resistentes (Holloway, 2001; Zibechi, 2007). El objetivo ya no es el poder – la toma del poder –, sino el poder hacer (Holloway, 2001), la construcción de formas-de-vida otras y la creación de nuevas territorialidades (Zibechi, 2007 y 2011).

Soy titiritero

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Expresamos nuestra solidaridad con Títeres desde abajo reproduciendo a continuación lo que ha escrito Julio Castro en La república cultural

Pongamos que el mar es rosa ¿de acuerdo? Si ahora continuáis leyendo, asumís mi propuesta y acabaremos por determinar que, en realidad, tanto el que escribe, como aquellas personas que asintieron al comienzo, vivimos en otro planeta donde la atmósfera tiene una composición diferente, luego somos seres diferentes que respiran otras cosas. Porque admitisteis que el mar es rosa ¿lo recordamos? Sí.

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¿Qué fue el Primer Congreso Internacional de Comunalidad?

Congreso

 

¿Qué fue el Primer Congreso Internacional de Comunalidad?

Huascar Salazar Lohman

Rebelión

Entre el 26 y el 29 de octubre de 2015, en la ciudad de Puebla (México), se llevó cabo un importante evento: El “Primer Congreso Internacional de Comunalidad. Luchas y estrategias comunitarias: horizontes más allá del capital”. Este acontecimiento, organizado por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), junto a la Academia de Comunalidad de Oaxaca y al Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además de un conjunto grande de otras instituciones, organizaciones y colectivos que apoyaron y acompañaron; logró reunir a más de 500 académicxs, intelectuales, activistas y estudiantxs de veinte países del mundo, principalmente de Latinoamérica, en torno a un denominador común: lo comunitario, la comunalidad, lo común; y la manera en que desde ahí se piensan y se practican realidades de lucha frente al capitalismo. 

En esos días se instalaron alrededor de 40 simposios que abordaron diversas temáticas: reproducción comunitaria de la vida, género y luchas de las mujeres, ecología política, gobiernos progresistas, migración, vida urbana, historia y memoria, luchas indígenas, problemas epistemológicos y desafíos teóricos, y muchas cuestiones más; la mayoría de ellas puestas a discusión desde la clave de la producción de lo común. Entre los cientos de personas que nos encontramos ahí, nos escuchamos y nos dimos cuenta que desde la interpretación heterogénea del mundo –eso que también reivindicamos– hablábamos de cosas comunes: de una manera no estadocéntrica de pensar la transformación social; de la potencia de una política que emerge desde abajo, desde las actividades centradas en el cuidado de la vida y desde dónde se posiciona una legitima manera de organización colectiva de la sociedad; de la crítica tenaz a la modernidad capitalista sostenida en la explotación y a sus formas políticas de organización de la vida que expropian la decisión colectiva. En fin, este congreso, sirvió, entre otras cosas, para poner en común sentidos compartidos para el despliegue de tejidos sociales rebeldes.

Por este motivo es que no fue un congreso académico clásico, de esos acartonados en los que lo que importa es el flujo de conocimientos especializados entre gente especializada. La mayor parte de los participantes del Congreso de Comunalidad, compartieron sus experiencias y formas de comprensión del mundo desde la necesidad de construir un conocimiento colectivo y útil para afrontar la permanente agresión –últimamente intensificada– del capital. En este particular momento en el que tanto gobiernos neoliberales como gobiernos progresistas promueven políticas de muerte y despojo, el dotarnos de palabras con sentido político común para afrontar las luchas desde posicionamientos fértiles que superen el ya tan trillado posibilismo estatal –oferta de la mayoría de las propuestas partidarias de la izquierda estatalista–, ha sido muy provechoso. La seriedad del congreso no se midió por la suntuosidad, ni los grados académicos, ni las miles de páginas de las ponencias de los participantes del evento; sino por la profundidad de las experiencias compartidas; por la búsqueda de conocimientos colaborativos; por la legitimación de discusiones que emergen de los sentires y no desde aquella racionalidad moderna y masculina que intenta mostrarse como neutra y objetiva. La mayoría de las discusiones –teóricas o no– tuvieron su origen en sentidos prácticos y no, parafraseando a Silvia Rivera Cusicanqui, en pensamientos rancios que sólo se nutren de otros pensamientos. Muchas de estas discusiones han quedado condensadas en el “Pronunciamiento del Comité Organizador” del congreso.

Varixs intelectuales conocidxs arribaron desde distintas latitudes, nos acompañaron y se volvieron parte del evento: Silvia Federici, Jaime Martínez Luna, Raúl Zibechi, Silvia Rivera Cusicanqui, Sinclair Thomson, Márgara Millán, Luis Tapia, Luis Hernández Navarro, Horacio Machado, Sarela Paz, Gustavo Esteva, entre otrxs más. Lo interesante fue que lo que principalmente convocó a estas personalidades fue un compromiso y una afinidad política, la formalidad académica quedó en un segundo plano. Ellxs participaron de las mesas centrales, pero también fueron parte de los múltiples simposios y de las actividades culturales que se realizaron. Fue un momento en el que ellxs –lxs más conocidxs– y todo el resto, quizá menos conocido pero con compromisos muy similares nos reafirmamos en nuestra convicción de que no estamos solxs y de que hay muchas cosas por hacer en conjunto. Así pues, desde este Congreso de Comunalidad también se hizo un esfuerzo por consolidar solidaridades recíprocas con distintas luchas, desde la mapuche en Chile, hasta las zapatista en México, siempre apostando por la política que brota desde abajo.

Otro elemento que es importante resaltar es el porqué de este congreso en Puebla. El Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP vio, hace ya varios años, nacer y cultivarse una veta muy fértil del marxismo abierto, aquella impulsada por intelectuales como John Holloway y Sergio Tischler, entre muchxs otrxs. Sin embargo, en debate recíproco y nutritivo con aquel espacio, durante estos últimos años, se ha venido consolidando una nueva escuela de pensamiento en la que Raquel Gutiérrez, Mina Lorena Navarro y Lucia Linsalata son sus máximas exponentes y confluyen en el Seminario de Investigación Permanente: “Entramados comunitarios y formas de lo político”. Esta escuela de pensamiento –de la cual varixs de los participantes en el congreso hemos abrevado y nos sentimos parte– ha venido aportando una mirada renovada y fértil sobre, entre otras cosas, la concepción de lo comunitario desde la reproducción de la vida, es decir, desde todas aquellas actividades colectivas –principalmente femeninas– centradas en dar continuidad a la vida (no al capital) y que resultan ser profundamente políticas, subversivas y anticapitalistas.

Hace un año atrás, en el marco de un pequeño coloquio en el que participaron Márgara Millán del CELA/UNAM y Jaime Martínez Luna de la Academia de Comunalidad – Oaxaca, nació la idea de hacer un gran congreso sobre lo comunitario, la comunalidad y lo común, en ese momento se acordó que se denominaría “Congreso de Comunalidad” por ser la “comunalidad” un término con mucho sentido político y que aglutina múltiples experiencias colectivas y de luchas en México, particularmente en la región de Oaxaca. El seminario de “Entramados comunitarios y formas de lo político”, junto a una serie de personas y colectivos asumieron el reto de organizar dicho evento y de acuerpar esfuerzos con tal fin. Lo que las personas que hacen parte de este espacio de pensamiento demostraron fue una gran capacidad de organización y de articulación entre su hacer intelectual y su experiencia en el activismo, y, además, el esfuerzo de muchos años de todxs ellxs se vio reflejado en el gran despliegue de trabajos en forma de libros, fotos, revistas, etc., que fueron presentados durante el evento.

El congreso tuvo una serie de repercusiones y seguramente las seguirá teniendo hacia adelante. La mayoría de los comentarios y opiniones encontraron que el Primer Congreso de Comunalidad fue un espacio muy útil para compartir experiencias, para encontrarnos entre lxs que andamos haciendo cosas parecidas en latitudes diferentes, para tejer lazos de amistades politizadas, para conocer y solidarizarnos con lo que ocurre en otros lugares, para mirarnos auto-críticamente; en fin, para, de alguna manera, construir un común. También fue muy interesante ver como surgieron las críticas, en su mayoría provenientes de espacios intelectuales que actualmente soportan ideológicamente a los gobiernos progresistas. Lastimosamente, la mayor parte de esa crítica fue excesivamente dogmática, poco argumentativa, centrada en la descalificación personal y, lo peor de todo, imprecisa y faltante a la verdad; esperamos que esto cambie con el tiempo para poder entablar un debate serio en torno al acontecer político de la región.

Se vienen más congresos como éste. Esperamos tener el siguiente en dos años, aún no se decidió la sede –¿será Guatemala, Bolivia, Argentina, México?–, pero más allá de eso, estamos seguros que será nuevamente un espacio profundamente rico para la discusión, y además esperamos que, entre congreso y congreso, otras experiencias y proyectos también se gesten y se consoliden.

Huáscar Salazar Lohman (1983). Economista boliviano, vivió seis años en México donde realizó sus estudios de posgrado. Su más reciente publicación: “Se han adueñado del proceso de lucha” Horizontes comunitario-populares en tensión y la reconstitución de la dominación en la Bolivia del MAS (2015). Es miembro de la Sociedad Comunitaria de Estudios Estratégicos.

Más información en la web del Congreso

Tejiendo voces por la casa común

Somos mujeres y hombres,

niños y ancianos bastante comunes,

es decir,

rebeldes, inconformes, incómodos, soñadores

Subcomandante Marcos, 1999

Tejiendo voces por la casa común es la iniciativa de un grupo de personas dispuestas a resistir al horror que ha caído sobre todos nosotros, para contribuir, tejiendo sus voces, a construir un mundo en el que quepan muchos mundos, trabajando por reorganizar la sociedad desde abajo, desde la gente común, para fundar nuevas formas de vida que celebren la diversidad y que defiendan la vida en la casa común.

El Primer Encuentro Internacional Tejiendo Voces por la Casa Común, se celebró del 12 al 20 de noviembre de 2015.